Ese fue el mensaje transmitido tanto por Stefano Nordio, vicepresidente de D-Link Europa, y por Luigi Salmoiraghi, director de ventas y marketing para el sur de Europa, en la celebración del décimo aniversario de la filial Ibérica. A pesar de la difícil situación del mercado, que se tradujo en un descenso el beneficio global de D-Link en el 6% y caídas en los negocios de Asia/Pacífico (-6,1%) y Norteamérica (-10%), al menos el Viejo Continente continuó deparando alegrías para la compañía taiwanesa.
“No sólo Europa crece un 7,2% sino que la región sur se convierte en la locomotora de la empresa con incrementos del 20%”, asegura Nordio al respecto. En España la facturación creció un 6% y alcanzó los 25 millones de euros (según estimaciones del Ranking Líderes de la revista Computing).
Entre los objetivos estratégicos a cumplir para el presente año destaca el desarrollo del mercado de videovigilancia IP y el negocio SAN con el objetivo de reproducir el éxito alcanzado en el ámbito de seguridad, wireless y switches gestionables. La empresa también quiere crecer en el negocio service provider y mantenerse como líder en wireless N. “En esta nueva etapa queremos obtener mayor crecimiento del mercado y, fiel a nuestro lema, hacer más con menos euros”. La firma también quiere ganar negocio con las operadoras telco tanto las que trabajan en el entorno ADSL, como en cable y operadoras móviles.
Por su parte Luighi Salmoiraghi realizó un amplio repaso de la trayectoria de la filial ibérica en la que destacó el importante papel desempeñado por los partners y su enorme contribución al aumento de la facturación. “Hace diez años buscábamos un canal mayorista de valor añadido y a lo largo de este tiempo hemos consolidado una de las redes de distribución más rentables del mercado”. En el transcurso de estos diez años la compañía se ha convertido en uno de los principales referentes del mercado de redes para pymes, ha abierto tres oficinas en la Península (Barcelona, Lisboa y Madrid) y ha desarrollado un programa de canal, Partner Plus, que posteriormente han adoptado el resto de países europeos.



