Dell creció en todo el mundo un 26 por ciento en el ejercicio 2000, con un beneficio neto 24 puntos por encima respecto a 1999 y casi el doble de ventas. Pese a esto, no ha escapado a la crisis que atraviesa la industria TI. La caída bursátil que están experimentando las empresas del sector, a causa de la desaceleración en la economía norteamericana y la escasa inversión en tecnología, ha hecho que Dell deje de ser la compañía informática más mimada en la Bolsa, ya que en los 90 fue la entidad que más se revalorizó con una media anual del 97 por ciento, según datos ofrecidos por BCG. Sin embargo, desde hace un año el valor de sus acciones ha caído más de la mitad tras los vaivenes de las puntocomy debido al incumplimiento de su previsión de resultados.
A causa de la bajada de su cotización en bolsa (en una sola jornada llegó a situarse en 23,9 dólares), el pasado 15 de febrero la compañía anunció 1.700 despidos, el 4 por ciento de la plantilla global, lo que supone la primera reducción masiva de empleo en los 16 años de historia de Dell. El objetivo del fabricante es ganar cuota de mercado y para ello ha decidido reducir costes y bajar precios.
Los márgenes de beneficios de Dell han caído desde el 21 por ciento en 1999 hasta el 18 por ciento en 2000, la cifra más baja desde hace cinco años, según ING. Los márgenes han descendido, pero también los costes y por esta razón hemos decidido recurrir a los despidos, aseguró Kevin Rollins, vicepresidente de Dell, al diario El País. Los recortes de precios son una razón para que la compañía haya tomado la decisión de reducir la plantilla, puesto que muchos analistas consideran que los despidos son consecuencia directa de la agresividad en la política de precios.
Dell ha previsto un crecimiento del 10 por ciento en el primer trimestre de 2001, 28 puntos menos que en el año anterior, y las expectativas de negocio pasan por convertirse en el mejor proveedor de infraestructuras de Internet. El fabricante está trasladando recursos de sus áreas más maduras, como el mercado estadounidense de PC, a las crecientes, como el de servidores en Europa.
Dell facturó en España 44.000 millones de pesetas el año pasado, un 37,5 por ciento más que en 1999. La filial cumplió con los objetivos de negocio que se había marcado un crecimiento rentable en base a la disminución del peso en la facturación global de los ordenadores de sobremesa y un incremento sustancial del de las gamas superiores, como servidores, portátiles y sistemas de almacenamiento.
Al concluir el ejercicio, los desktop representaron el 53,5 por ciento de las ventas totales de la compañía, mientras que los portátiles aumentaron hasta el 92 por ciento la cifra de su comercialización.
El fabricante también ganó posiciones en el mercado de las corporaciones españolas, donde comenzó su actividad a principios de 2000 con una cuota del 16 por ciento y concluyó el ejercicio con un 19 por ciento.