Apple empieza a ver cercado su negocio de música a través de Internet, que desarrolla a través de la tienda virtual iTunes. Primero ha sido en Francia, donde una ley que aún no es firme preceptúa que cualquier internauta pueda descargarse una canción de una tienda digital y escucharla en cualquier reproductor. Este hecho, según una información de hoy del diario El País, afecta de manera especial a la compañía, puesto que con su actual modelo aquellos que se descarguen una canción de su tienda digital sólo podrán escucharla en el iPod. Además, la misma ley gala reconoce que es lícito hacer uso de un programa que desactive la protección de las canciones, siempre que el usuario demuestre que no podía conseguir de otra manera la reproducción en otros sistemas. Otros fabricantes de sistemas de gestión y control de derechos (DRM en sus siglas inglesas), como Microsoft y Sony, proveen las especificaciones de sus productos con el fin de conseguir esta interoperatividad que reclama la ley francesa. Sin embargo, Apple se niega, y no es de extrañar puesto que, tal y como tiene planteado el negocio, el éxito de iTunes garantiza el éxito de iPod y viceversa. Con esta perspectiva, Apple se plantearía dejar el negocio de la venta de música a través de Internet en el país galo antes de compartir los secretos de su tecnología.
En España la cuestión es diferente. La SGAE (Sociedad General de Autores y Editores) demandó a principios de febrero de este año a la compañía de la manzana por negarse a pagar el canon por cada venta de su reproductor iPod. Con la actual Ley de Propiedad Intelectual (actualmente en trámite de reforma en el Senado) se reconoce el derecho de los autores de contenidos a percibir una compensación por la copia privada que un comprador de su producto original podría hacer para disfrute personal. En este caso la SGAE considera el iPod como un soporte de almacenamiento y reproducción de uso masivo, por lo que cree necesario gravarlo con el canon al igual que un CD o DVD. Según la propia SGAE, Apple ya paga el canon en otros países por el mismo motivo.
La SGAE ya ganó en los tribunales un litigio por el que se reconocía la necesidad de someter a un canon los CD y DVD, y pretende conseguir lo mismo con todos aquellos soportes que permitan grabar y reproducir contenidos sujetos a derechos de autor (por ejemplo teléfonos móviles, tarjetas de memoria, televisores con disco duro, etc.). Con la modificación de la Ley de Propiedad Intelectual este principio se consolida y se obliga a la sociedad de gestión de derechos y a los fabricantes a sentarse a negociar los precios del canon, que será fijado por resolución ministerial en el caso de que no lleguen a un acuerdo. Las críticas a esta medida por parte de las asociaciones de fabricantes (ASIMELEC y AETIC) se centran en el hecho de que no todos los soportes digitales se usan para hacer duplicados de obras protegidas y en que no siempre se copian contenidos con derechos de autor.
