La depreciación del euro ya no es noticia: hace unos cuantos meses que los mercados bursátiles anuncian caídas en su valor. Tal ha sido la bajada (acusada y constante) que incluso se llegó a plantear su viabilidad en el mercado. No obstante, el pasado 10 de mayo un acuerdo histórico blindó esta moneda por un importe de 750.000 millones de euros con lo que se garantizaba su existencia, pero no su fortaleza.
Y es que la divisa comunitaria ha llegado a sufrir un retroceso acumulado frente al dólar de hasta el 7,5% fijando el cambio en el 1,23, por el momento. Según manifiestan varios diarios económicos, entre ellos CincoDías.com, los expertos apuestan por un cruce a final de año por debajo de 1,2 dólares, lo que supondría una caída en 210 del 16,2%. Sería uno de os valores más bajos del último lustro.
Los problemas de financiación de la deuda pública de los países del viejo continente (que supera los siete billones de euros) y el impacto económico de los planes de austeridad fiscal, explican este continuado descenso en la cotización.
El lado “bueno” de esta noticia es que las empresas europeas pueden aprovechar la coyuntura para vender fuera, una medida que empieza a ser una realidad en el caso de España. Sin embargo, para el sector informático, que paga las operaciones en dólares, la compra de equipos le resultará más cara.


