El movimiento sísmico del pasado 21 de septiembre ha tenido una onda expansiva que también ha llegado a los despachos de los responsables de compra de componentes de los mayores fabricantes de PCs del planeta y de los ensambladores locales. La razón es que la pequeña isla en las inmediaciones de China concentra una gran parte de la producción mundial de componentes informáticos y las plantas de producción no han sido ajenas a la catástrofe. El predominio de la industria de componentes taiwanesa es casi total allí tienen su origen, por ejemplo, el 80 por ciento de la producción mundial de procesadores gráficos.
El temblor se notó inmediatamente en el comercio mundial Ya al día siguiente del terremoto empezó a haber especulaciones muy fuertes, aunque su efecto en los precios se han empezado a notar unas dos semanas después, asegura Eduardo Montero, director de la división de Componentes de ADLI.
Lucila Serrano, directora de la división de Componentes del mayorista y ensamblador Diode, cree que la situación en estos momentos es delicada en el ámbito de las placas madre, los discos duros y los chips para tareas gráficas. Esta coyuntura ensombrece el panorama ante la llegada de la campaña de Navidad. Eduardo Montero, de ADLI, estima que los precios de los equipos subirán al menos un 20 por ciento, lo que provocará un último trimestre desastroso para la mayoría de los integradores de equipos. El responsable asegura Nos vamos a tener que olvidar de llegar al 45 por ciento de nuestras ventas en este trimestre. La inflación de precios en las postrimerías del año, según Montero, inhibirá las compras en el periodo navideño y será a partir de enero o febrero cuando la industria recupere la normalidad.
Por otra parte, esta situación de desconcierto se agrava más si se tiene en cuenta lo que está pasando en el mercado mundial de chips de memoria DRAM. Como consecuencia del recorte pactado de la producción de chips por parte de los grandes fabricantes (Samsung, Hyundai, LG/GoldStar), los precios de estos componentes se han disparado hasta extremos impensables hace unos meses. Así, mientras que en julio un módulo de memoria DRAM de 64 Mb costaba a un ensamblador español alrededor de 7.000 pesetas, en agosto ese mismo componente ya se cotizaba a 9.000 pesetas y en la actualidad puede rondar las 24.000 pesetas, tres veces más que en verano. Por su parte, un módulo de 128 Mb que en julio estaba valorado en 11.000 pesetas en julio, pasó a costar 19.000 un mes más tarde y en la actualidad sobrepasa las 40.000 pesetas.
Eduardo Montero, de ADLI, calcula que tanto el mercado de memoria DRAM como el del resto de componentes volverá a la normalidad a principios de año, tan pronto se asiente la producción en Taiwán.