España, entre los países europeos que menos gasta en tecnología

A pesar de estos datos, Sedisi señala que el sector de las TI creció un 17,9 por ciento en el tercer trimestre de 2000.

Publicado el 09 Ene 2001

Desde que comenzó el año, las cifras arrojadas por el sector informático español crecen como la espuma. Al menos así se desprende del estudio que cada trimestre presenta la patronal Sedisi, y que refleja un buen estado de salud, muy acorde con la situación que predomina en esta industria. En el tercer trimestre de 2000 se ha producido un crecimiento del 17,9 por ciento en relación con el mismo periodo del año anterior, aunque lo más significativo ha sido el hecho de que el hardware es el segmento que mayor crecimiento ha tenido, con un 25,7 por ciento con respecto al mismo periodo del año pasado. Se trata de un incremento importante, teniendo en cuenta que a lo largo del segundo trimestre las cifras estuvieron en torno al 12,2 por ciento. Según señala Jacinto García, presidente de la Comisión de Estudios y Estadísticas de Sedisi, los motivos que han impulsado este crecimiento se deben a una mayor implantación de los sistemas intermedios, como es el caso de Unix, en grandes servidores de Internet y a la venta masiva de PC a través de las operaciones que algunas empresas, como pueden ser los bancos, han llevado a cabo ofertando estos equipos entre sus clientes. Esto pone sobre el tapete la importancia que el sobremesa sigue teniendo dentro del sector de la informática actual frente a otros dispositivos como agendas electrónicas o portátiles. Del mismo modo, y según señala Jacinto García, el tercer trimestre no es el más significativo de todos, ya que es el más breve al estar el periodo vacacional por medio. Por ello habrá que esperar al cuarto, que representa casi el 30 por ciento de los resultados anuales.

Los servicios informáticos han presentado un aumento del 16,4 por ciento con respecto al mismo periodo del año anterior, mientras que el software, aunque parece que ha recuperado algo de dinamismo, con un crecimiento del 3,6 por ciento, todavía está lejos de conseguir las cifras de crecimiento de otros países. Por su lado, el segmento de los consumibles ha crecido un 57,7 por ciento, lo que confirma la alta demanda actual del mercado.

Todos estos datos no terminan de ser positivos, sobre todo si se comparan con el resto de países europeos, donde España se sitúa en los últimos puestos en gasto en Tecnologías de la Información y Comunicaciones, tal y como señala el estudio La situación de la economía de la UE en el año 2002, publicado por la dirección general de Asuntos Económicos y Financieros. Se trata del peor dato junto a Irlanda, sobre todo si se tiene en cuenta que, pese a los esfuerzos que realizan día tras día, la nueva economía de la UE está a cinco años de distancia de la de Estados Unidos.
Los datos aportados por el estudio reflejan una mejora de la situación en Europa, hasta alcanzar unos gastos en tecnologías equivalentes a algo más del 7 por ciento del PIB en 1999, apenas un punto por debajo de Estados Unidos en ese mismo año. Tan sólo Suecia, con un diez por ciento y el Reino Unido, por encima del 8 por ciento, tendrán un gasto relativo en TI superior al de Estados Unidos en el 2000.

La telefonía móvil sigue siendo uno de los pocos sectores en los que Europa lleva una ventaja considerable con respecto a Estados Unidos. El ejemplo más claro ha sido la lucha que se ha producido por la concesión de licencias UMTS, la tercera generación de móviles y que a muchos de los países les ha reportado jugosos ingresos para su PIB, como es el caso de Alemania, Reino Unido o Italia. La Comisión señala también que existen pocos elementos que confirmen que las TIC supongan una fuente de crecimiento de la producción y la productividad en la Unión Europea, aunque hay algunos indicadores que hacen pensar que esto puede cambiar.

Aunque es Estados Unidos el que marca las tendencias en lo que a la nueva economía se refiere, el retraso de Europa se puede solucionar, tal y como señala Pedro Solbes, comisario europeo en materia económica y financiera. La cuestión es saber cómo la economía americana ha conseguido crecer sin caer en los peligros de la inflación, algo con lo que muchos países llevan luchando durante años. Para la Comisión es fundamental crear un entorno global de lo más favorable que permita adoptar nuevas tecnologías que hagan más dinámica la actividad económica de los países. El desarrollo de la nueva economía está ligado también a la aparición de nuevas empresas que se encarguen de impulsar este mercado, todo ello ligado a una serie de ventajas y garantías que aseguren esta creación. Mientras no se eliminen las cargas administrativas que todavía persisten en Europa, el objetivo antes señalado no se cumplirá. Para ello es necesario favorecer la competencia, ya que se trata de un factor clave para fomentar un desarrollo rápido de las nuevas tecnologías, así como educar a los jóvenes para adaptarse a esta nueva era, concluye la Comisión.

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