Hace un año y medio los principales fabricantes de ordenadores del mundo, IBM y HP, y algunos de los mayoristas clave de nuestro país, como Investrónica y Computer 2000, hicieron mucho ruido en torno a la actividad del ensamblaje en el canal de distribución.
En verano de 1998 IBM e Investrónica sorprendían a todo el mundo al anunciar un importante acuerdo de fabricación que se había marcado como meta producir alrededor de 50.000 PC de la gama de consumo de IBM, Aptiva, en las instalaciones de la compañía española en Tres Cantos (Madrid). En la mente de la dirección de IBM estaba, sin duda, mejorar la posición de su tecnología de consumo en el mercado español, dominado por los siempre audaces fabricantes de clónicos. Con la propuesta IBM pretendía además reducir los plazos de entrega de las máquinas, abaratar los costes de producción y disponer de equipos adaptados a los requerimientos del mercado local. Así, ambas partes se comprometían a entregar las máquinas en un plazo de 24 horas e IBM se marcaba como reto rebajar los prohibitivos precios de sus máquinas hasta dejarlos sólo un 10 por ciento por encima de las marcas nacionales. IBM quería sumarse a la tendencia del mercado que consistía en que los grandes fabricantes debían transferir las tareas de diseño, fabricación y distribución de las máquinas a sus mayoristas.
Por otra parte, Hewlett-Packard, fabricante comprometido con el canal de distribución desde siempre, también iniciaba en marzo de ese mismo año el programa CAP (Components Assembly Program). El fabricante llegó a producir en las instalaciones del mayorista Computer 2000 algo más de 16.000 unidades de Vectra antes de finales de 1998. La iniciativa del fabricante sin duda tenía como objetivo buscar un mejor ajuste de la producción a la demanda para así reducir los niveles de inventario tanto de fabricante como de mayorista. Hasta CHS también manifestó sus planes al respecto, confirmando que pondría en marcha un programa de ensamblaje para todas sus subsidiarias europeas, con el objetivo de que en el presente año hasta un 20 por ciento de las ventas de equipos de HP e IBM procediesen de esta actividad.
A pesar de todas esta euforia, había voces críticas que ponían en duda la viabilidad futura de la actividad. Así Steve Raymund, director general de Tech Data, se mostraba escéptico sobre el éxito de trasladar la experiencia de Tech Data en EEUU, donde llevaba dos años fabricando equipos de HP, Compaq o IBM, al ámbito europeo a través de Computer 2000. Raymund se quejaba de que los fabricantes no dejasen libertad a los mayoristas para aplicar la política de compras de componentes que estos estimasen más conveniente. El máximo responsable de Tech Data consideraba que sería mucho más fácil si los fabricantes lanzaran un diseño básico y luego permitieran a los mayoristas llenarlo con componentes de terceras partes.
Las sospechas de Raymund un año atrás no eran infundadas y el tiempo le ha dado la razón. Hay que ver cómo ha pasado el tiempo desde aquellos anuncios y que escasa repercusión ha tenido todo aquello. La aventura de IBM con Investrónica está a punto de acabar y sin duda tendrá una muerte en la intimidad, y el CAP se mantiene para demandas de equipos muy específicas, aunque tanto Computer 2000 como HP subrayan que es necesario seguir contando con este programa.
Los hechos demuestran que un sistema como el de la configuración, que exige bastante menos implicación por las partes, será la actividad que se lleve el gato al agua. En este tiempo HP ha puesto en marcha tres programas de configuración Top Value, Top Value Plus y Select Express. Por su parte, Compaq no ha querido ni oir hablar de fabricación en sus mayoristas y se ha inclinado por ir implantando del programa de Configuración a medida en aquellos socios dispuestos a ofrecer ese valor añadido.
