Flexibilidad y tipo de contrato, aspectos más valorados por los trabajadores españoles

Según un estudio de Infojobs, casi cuatro de cada 10 españoles valoran por encima de todo la flexibilidad laboral y el tipo de contrato. Además, los nuevos modelos de trabajo importan más que el salario y los beneficios adicionales

Publicado el 13 Jul 2022

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Según la pirámide de Maslow, una teoría de la motivación propuesta por el psicólogo Abraham Maslow, existen cinco niveles de necesidades: básicas (como alimentación y descanso), seguridad (salud, trabajo y vivienda), afiliación (relaciones y afecto), reconocimiento (valoración personal, dignidad, etc.) y autorrealización (crecimiento personal). A medida que se satisfacen las básicas, se sube de escalón y las personas pueden alcanzar metas más elevadas.

En relación con el empleo, también podemos hablar de una jerarquía de necesidades laborales según la cual los trabajadores pueden sentirse más satisfechos con su trabajo a medida que cubren todos los aspectos. Uno de los aprendizajes que ha dejado la pandemia es que los modelos laborales han cambiado y los profesionales tienen nuevas prioridades, como el bienestar o la conciliación. El informe State of the Global Workplace Report 22 de la consultora Gallup constata que la percepción de los españoles sobre el clima laboral ha descendido tres puntos y, con un 27%, se sitúa entre las más bajas de Europa. Por su parte, Eurostat destaca que casi el 25% de la población española en edad de trabajar no ve cumplidas sus aspiraciones laborales, frente al 13,8% de la media europea.

Para analizar qué motiva a los profesionales en su trabajo e identificar sus intereses, InfoJobs ha realizado una encuesta en la que la casi un 40% de los trabajadores afirma que lo que más valora de un trabajo es la flexibilidad, seguido muy de cerca por el tipo de contrato, con un 36%. Si imaginamos una pirámide de necesidades laborales, y la analizamos desde la base, el primer escalón que tienen que cubrir los trabajadores corresponde a las necesidades básicas (relacionadas con salario, horario o contrato), que en la encuesta obtiene un 54%. Si vamos al detalle, los trabajadores valoran sobre todo la cercanía (distancia) al puesto de trabajo (29%), el salario fijo o variable (24%) y los días extra de vacaciones (16%).

El segundo nivel corresponde a la necesidad de seguridad, una de las que recibe mayor puntuación (un 73%) e incluye aspectos que aportan tranquilidad y estabilidad laboral y otros más emocionales (temor a perder el empleo o recortes de personal). Concretamente, los encuestados valoran el tipo de contrato (36%) y de jornada (27%), la solidez económica de la compañía (23%), el seguro médico (15%) y los beneficios sociales, como el cheque guardería (11%).

El tercero es la afiliación (54%), en cuanto a necesidades interpersonales y de comunicación y sentimiento de pertenencia. Los trabajadores puntúan con un 29% el compañerismo, con un 18% la relación personal o emocional con los compañeros y con un 13% la reputación de la compañía (si cuida a sus trabajadores o fomenta la desconexión digital, por ejemplo).

El cuarto escalón corresponde a la necesidad de reconocimiento y confianza, que también obtiene una puntuación elevada (73%). Se refiere a las perspectivas de crecimiento y desarrollo profesional: si el trabajador reconoce oportunidades de avance o que sus contribuciones son valoradas, colabora más y su compromiso aumenta. En este sentido, los encuestados valoran sobre todo la flexibilidad (37%), la confianza por parte de la empresa (25%), el teletrabajo (20%) y el reconocimiento del desempeño por parte de superiores (16%).

Y en la cima, la autorrealización (52%), tiene que ver con la vocación, disponer de un plan de carrera y desarrollar el potencial. Más en detalle, los trabajadores valoran con un 19% la capacidad de ascenso, con un 18% la formación en la empresa para desarrollar capacidades profesionales, con un 15% la capacidad de desarrollo personal (resolución de problemas o creatividad) y con un 8% la cultura empresarial en temas sociales (diversidad e igualdad).

Si analizamos las respuestas dentro de cada nivel de la pirámide, podemos establecer un ranking de necesidades laborales. Los primeros puestos corresponden a la flexibilidad (37%), el tipo de contrato, ya sea indefinido, temporal, autónomo, etc. (36%), el compañerismo y la cercanía al puesto de trabajo (ambos con un 29%). La quinta “necesidad” más valorada por los encuestados, con un 27%, es el tipo de jornada (por turnos u horario estable). Llama la atención que el salario, que obtiene un 24% de las menciones, no se considera tan importante y se sitúa en séptimo lugar, por detrás de la confianza en el trabajador por parte de la empresa (25%). Completan la lista de aspectos más valorados la solidez económica de la compañía (23%), el teletrabajo (20%) y la capacidad de ascenso (19%).

Cambio de modelo

Las respuestas de los encuestados se concentran mayoritariamente en dos escalones: reconocimiento y seguridad, de lo que se desprende que la mayoría de los trabajadores han cubierto sus necesidades más básicas, están conformes con su empleo y aspiran a obtener reconocimiento, pero también les preocupa la estabilidad en cuanto a jornada o contrato. Se prioriza un ambiente laboral estable y que la empresa proporcione las condiciones básicas. En general, todo lo relacionado con bienestar y comodidad (flexibilidad, cercanía o teletrabajo) se abre paso por encima del salario o los beneficios adicionales y demuestra que los trabajadores buscan el equilibrio entre lo personal y lo profesional.

En palabras de Mónica Pérez, directora de comunicación y estudios de InfoJobs, “en estos dos años hemos asistido a un cambio de modelo”. “Los profesionales priorizan cada vez más aspectos como la flexibilidad laboral, el tipo de contrato o el compañerismo en el trabajo y elementos como el salario y la solidez económica de la compañía cada vez tienen menos relevancia. Las reglas han cambiado y las empresas deben saber adaptarse a este nuevo paradigma donde los empleados son más exigentes”. Pérez añade que factores como procurar el bienestar de los empleados, atender a sus intereses y mejorar el entorno laboral para que se sientan satisfechos “resultan clave a la hora de atraer y retener el talento”.

Los ingresos marcan claramente las aspiraciones

La pirámide también cambia en función del nivel de ingresos: en los rangos de 2.001 a 2.500 euros y más de 2.500 euros se obtienen los mayores porcentajes en autorrealización (59%). Por la parte baja, tanto el rango de hasta 1.000 euros como el de 1.001 a 1.500 euros puntúan más las necesidades básicas (56% y 55% respectivamente) que el resto. Cabe destacar que cuanto más altos son los ingresos, mayor interés hay por el reconocimiento, la capacidad de ascenso y la solidez económica de la compañía. También aumentan las necesidades de flexibilidad y teletrabajo, algo lógico ya que son trabajadores con más opciones de aplicar los nuevos modelos laborales. Los ingresos más bajos dan más relevancia a aspectos como la estabilidad (tipo de contrato o de jornada) con un 39% y 29% respectivamente, el compañerismo (32% y 34%) y la cercanía (32% y 31%).

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