Dispersión geográfica, orografía complicada, lejanía de los grandes núcleos empresariales del país y su aislamiento tradicional contribuyen a forjar la imagen de Galicia como una comunidad de grandes recursos pero con poco tejido empresarial TIC. Esa combinación de factores constituye el principal inhibidor para la captación de socios, una tarea que para muchos proveedores resulta titánica y requiere la inversión de grandes recursos y esfuerzos.     La comunidad gallega siempre se encuentra en el punto de mira de las campañas, programas e iniciativas desarrolladas por los fabricantes para intentar reclutar nuevos distribuidores y figuras de canal interesadas en horadar el difícil tejido empresarial de la comunidad gallega, caracterizado por el fuerte componente rural alejado de los principales núcleos de población y concentrada mayoritariamente en las zonas costeras. Sede de grandes emporios empresariales como Inditex, Fenosa, Pescanova o la constructora Fadesa –que generan el 70% del PIB gallego-, en la región siguen produciéndose grandes contrastes entre el rico eje atlántico de las grandes ciudades gallegas (A Coruña, Vigo, Ferrol y Pontevedra) y el pobre medio rural con indicadores propios del siglo pasado.     Una muestra de esta enorme desigualdad es que las empresas de Vigo y A Coruña facturan en conjunto 28.560 millones de euros, es decir, el 73,25% del total de la región.  
Aunque son pocas las empresas gallegas de esta industria que superan los 100 millones de euros de facturación (Disa Consulting, Televés, R Cable, Blusens o Arteixo Telecom), en los últimos tiempos se está produciendo un desembarco poco estruendoso de grandes integradores de capital nacional que quieren extender su presencia en la región. Es el caso de Everis que, en tan solo cinco años, ha incrementado su plantilla hasta los 120 empleados.     Por el contrario, son honrosas las excepciones de grandes fabricantes y mayoristas del sector TIC que tienen abierta una oficina de representación en la comunidad y que prefieren atender este mercado a través de una delegación central para el noroeste con sede en el País Vasco. Para contrarrestar esta tendencia, desde las patronales también se está fomentando las misiones de internacionalización que ofrecen nuevas oportunidades de negocio ante el escenario de parálisis que afecta al mercado interior.     Compañías como Arteixo Telecom, Altia o Coremain están desarrollando aplicaciones verticales en los ámbitos de salud, educación o eficiencia energética con el objetivo de comercializar estas soluciones en Latinoamérica y Europa del Este. «La apuesta por salir al exterior es ambiciosa pero necesaria en un momento como el que vivimos». Así lo considera José María López Bourio, presidente de Agestic, la Asociación Gallega de Empresas TIC perteneciente a Ametic y que agrupa a más de 200 empresas TIC. Para el directivo, las firmas gallegas del sector TIC adolecen de las mismas dolencias que el resto de los partners nacionales a causa de la asfixia provocada por la carencia de riesgo y el aumento de la morosidad de sus clientes. En cuanto a tipología de clientes, los más afectados por la crisis son los «vendedodores de hierro» que arrastran un problema endémico y de difícil curación. La solución para muchas de estas firmas ha sido reconvertirse en prestadores de servicios como fórmula para mantenerse a flote y conseguir un negocio recurrente anual.  
La reinvención es una característica común a todos las empresas que operan en la cadena de valor del sector TIC, acostumbradas en muchos casos a vivir al filo y afrontar coyunturas muy adversas. Por eso resultan cuanto más encomiables apuestas como LaconNetwork, una iniciativa «anarquista» -en palabras de López Bourio- desarrollada por jovenes emprendedores y dirigida a crear innovadoras empresas especializadas en el mundo de Internet, las redes sociales, seguridad y cloud computing.     Los últimos viernes de cada mes, los miembros de LaconNetwork organizan un foro de negocios en el que se dan a conocer experiencias de éxito y reúnen a importantes representantes del sector TIC para hablar acerca del emprendimiento, modelos de financiación, canales de valor y retos de la industria TIC. «Estos jovenes emprendedores buscan financiación para poner en marcha su negocio y nosotros queremos ayudarles a desarrollar su potencial», explica Bourio que ya ha participado en algunos de estos foros.     Además de estas iniciativas privadas, la Xunta de Galicia también están impulsando el desarrollo de un Centro Demostrador TIC como punto de encuentro entre la industria TIC y el resto de sectores empresariales que demandan nuevos productos para mejorar su productividad y competitividad a través de las TIC. Además, la Administración gallega también ha elaborado el Mapa de Capacidades Tecnológicas, entendido como un directorio completo y categorizado de proveedores, productos y servicios TIC gallegos.
A pesar de la enorme brecha existente entre el campo y la ciudad, el sector TIC está suficientemente representado a través de 1.897 empresas (datos del Instituto Nacional de Estadística) que trabajan en la industria TIC , cifra que creció un 7,4% en relación al pasado año y que representa la séptima del país por número de compañías implantadas. En esas compañías, que facturaron la nada despreciable cantidad de 2.200 millones de euros en el año 2011, trabajan más de 15.000 profesionales que en los próximos años deberán abordar grandes desafíos de especialización con el fin de atender las necesidades del mercado interno y externo.     Para López Bourio, los integradores tienen interesantes escenarios de actuación transversal en áreas con reducida implantación de las TIC como los negocios de pesca, madera, turismo rural o explotaciones agrarias. El perfil de los partners gallegos es heterogéneo e incluye firmas mayoritariamente especializadas en el negocio de software, hardware y servicios aunque también hay otros que comienzan a explorar nuevas opciones en el mercado de contenidos digitales, formación y e-learning o Internet, por mencionar tan solo algunos de los más emergentes.
Con casi 2,8 millones de habitantes, el porcentaje de hogares gallegos con ordenador (65,3%) es similar al de otras regiones españolas, al igual que la cifra de empresas de más de 10 empleados con Internet. Sin embargo la distancia con el resto del Estado se acrecienta al hablar de conexión de banda ancha en pymes pequeñas y también entre la población que vive en pequeñas municipios aislados. Como explica José María López Bourio, hoy en día todavía hay más de medio millón de gallegos en riesgo de exclusión digital y sin acceso a banda ancha, una brecha que la Xunta se ha empeñado en cerrar en el plazo de los próximos dos años a través de fuertes inversiones de modernización en el medio rural. Una de las más importantes ha sido la apertura de 94 aulas de acceso público presentes en 89 ayuntamientos para promover la «inclusión» tecnológica de los ciudadanos y el equipamiento de 682 aulas de 300 centros educativos para dotar de equipos portátiles a 14.500 alumnos gallegos.
  Galicia cuenta con un sector TIC que, aún en el contexto actual, está demostrando su capacidad de crecimiento e innovación y un gran potencial para impulsar la modernización de sectores tradicionales. Somos la séptima comunidad autónoma con mayor número de empresas del sector TIC. Más de 1.800 empresas, que ofrecen empleo a cerca de 16.000 trabajadores, y con un volumen de negocio en 2010 de más de 2.800 millones de euros.     Sin embargo, cerca del al 94% de estas empresas cuentan con menos de 10 empleados y el 90% de sus clientes son gallegos. Estas cifras indican que debemos evolucionar hacia un modelo de mayor cooperación, apostando por la internacionalización y la innovación. Para impulsar este tipo de iniciativas el Gobierno gallego dispone de líneas de apoyo a la creación de nuevas empresas de base tecnológica y a la consolidación de las ya existentes con medidas que permitan incrementar el grado de exportación y la internacionalización del tejido empresarial gallego.  
Así la puesta en marcha de la red de plataformas empresariales en el exterior (PEXGA), va a acercar servicios de apoyo a la internacionalización de las empresas gallegas en 14 de los principales mercados mundiales. A esta iniciativa se suma el Programa Interconecta, orientado a las pequeñas y medianas empresas, que supondrá la movilización de cerca de 60 millones de euros en la Comunidad y facilitará a las empresas gallegas la oportunidad de financiar proyectos innovadores. Aprovechar las amplias capacidades con las que contamos para desarrollar un sector TIC puntero que exporte tecnología y conocimiento es una prioridad para Galicia, más si cabe en el actual escenario económico, pero debemos entender esta apuesta como una oportunidad de diferenciarnos, de innovar para seguir creciendo, de exportar y de generar talento y empleo en la comunidad.  
Un objetivo que puede ser realidad con el esfuerzo, la cooperación y la coordinación de todos los que formamos parte de este mundo de las nuevas tecnologías. Un objetivo que se contempla en la Agenda Digital 2014.gal, la estrategia tecnológica global de la Xunta que establece el itinerario para integrar las TIC en los sectores estratégicos de Galicia. La propia Administración autonómica, inmersa en un proceso de modernización de los servicios públicos se convierte en un elemento tractor de proyectos innovadores para el sector. El sector TIC es, para nosotros, un sector clave de la economía gallega, por su papel impulsor del resto de sectores para contribuir a mejorar su productividad y competitividad. Por eso estamos trabajando para crear un nuevo modelo productivo basado en el uso intensivo e inteligente de las TIC y nuestro objetivo es posicionarnos a nivel estatal y europeo como polo tecnológico de referencia.



