Jump amplía su red y se aventura con la fórmula del superstore

La cadena también entra en superficies de electrodomésticos con espacios de venta propios que se autogestionan

Publicado el 03 May 2001

En estos momentos empieza a imponerse entre los grandes de la informática de consumo en nuestro país la entrada en las cadenas y grandes superficies de electrodomésticos. Beep ya lo está haciendo y Jump no le va a la zaga. Uno entra en un establecimiento buscando una lavadora y se topa con un espacio dedicado al hardware y al software, con los productos y el merchandising propio de la cadena informática en cuestión. Es como una tienda dentro del tienda. La firma que preside Melero tiene presencia en 12 tiendas de línea marrón, sin embargo, su modelo de negocio es en este punto diferente al de Beep. Nosotros no somos franquicias, como Beep. El personal que atiende el espacio de informática en estas tiendas es de Jump, así como los lineales y el material. Además, nosotros facturamos directamente al cliente. Melero señala que Beep, al ser una franquicia, traspasa el riesgo y la gestión a la propia tienda de electrodomésticos.

Esta tendencia se está dando debido a la necesidad de vender informática en las grandes superficies de electrodomésticos y electrónica. No obstante, Melero reconoce que la venta de ordenadores es difícil, puesto que los periodos de obsolescencia son más cortos y los márgenes más reducidos. Además, las reparaciones e incidencias son más numerosas, lo que implica costes mayores. Es un negocio complicado en el cual muchas cadenas no quieren entrar, de cualquier manera somos el complemento perfecto en estas superficies, instalamos nuestra tienda con el logo Jump y les proporcionamos ingresos sin riesgos. Nosotros, a cambio, obtenemos más cuota a cambio de un riesgo menor en inversiones fijas, explica Melero. Los planes de la compañía en este terreno no han hecho más que empezar.
La tienda virtual de Jump es, según Javier Melero, exactamente igual a cualquiera de los 120 establecimientos que el ensamblador mantiene en propiedad en las calles de muchas ciudades de toda España. El espacio virtual mantiene las mismas referencias, el mismo servicio de configuración a medida y a los mismos precios. La logística, según explica el responsable, funciona de la siguiente manera cualquier pedido a través de la Red se satisface desde nuestros almacenes en Valencia. Gracias a un courier la entrega en el domicilio del cliente se hace siempre en menos de 72 horas. Jump mantiene una experiencia piloto en cuatro ciudades españolas en las que se asegura la entrega en menos de 24 horas. Esta actividad es desarrollada enteramente por personal propio de la firma y la intención de la dirección es extender esta entrega rápida a todas las ciudades donde la firma está presente.

Por el momento las cosas no van mal para la cibertienda, que en los seis meses que estuvo operativa en 2000 ingresó 130 millones de pesetas. Melero deja entrever cierto optimismo respecto al futuro de la venta on line, pese al descrédito que vive todo lo que suena a puntocomSomos conscientes de que el mercado aún no está preparado para la compra masiva en Internet, pero estamos seguros de que va a haber un cambio importante en un plazo de tres o cuatro años.
Jump Ordenadores, que ya cuenta con 120 tiendas y es uno los nombres de referencia del ensamblaje y la venta minorista de informática en España, tiene previsto invertir más de 340 millones de pesetas, en la apertura de seis tiendas en Madrid y otras seis en Barcelona, además de dos superstore, uno en cada capital. Asimismo, Jump ha previsto la inauguración próximamente de otras 8 tiendas en otras provincias.

Cabe preguntarse cómo en un momento de incertidumbre económica y con la crisis de las puntocom arreando, Jump se va a aventurar con tanta inversión. Desde luego, Javier Melero, presidente de la firma, le quita importancia y subraya el hecho de que en un país como España, la circunstancia de que se sufra una las tasas de penetración de ordenadores en los hogares más bajas del continente enjugará los efectos del freno económico y seguirá tirando del sector. En cuanto a los problemas de la nueva economía, el único efecto negativo para una tienda de informática puede llegar en forma de desconfianza hacia la venta on line, según Melero. Así, a pesar de los recortes de plantilla anunciados por Intel ante la bajada de la demanda en los procesadores, el directivo no cree que el mal momento general haya tocado particularmente al fabricante de chips, sino que se trata de un reajuste ante lo que pueda venir como respuesta a la bajada de las perspectivas de crecimiento.

Todo esto es todavía más irrelevante en el caso de Jump, explica Melero, por cuanto el pasado año la tienda virtual de la compañía, que fue inaugurada en mayo, facturó 130 millones de pesetas, algo menos del uno por ciento de los ingresos totales del periodo, que ascendieron a 20.000 millones.

Tampoco cree Melero que la ley de incentivos a la pyme para la inversión en infraestructura de acceso a Internet y comercio electrónico, que entró en vigor a principios de este año (Ley 6/2000, de 13 de diciembre), vaya a suponer un revulsivo para el negocio del PC, pues las empresas no adelantarán ni aumentarán sus partidas en equipamiento por este motivo.

La novedad en el modelo de venta Jump en los próximos meses será, sin duda, la apertura de superstore. Aunque Melero no desvela ni las direcciones ni las dimensiones de estos establecimientos, sí reconoce que, a diferencia de las tiendas, todos los productos estarán en el lineal, desde un cable de impresora hasta un monitor de pantalla plana. En fin, toda la oferta estará la vista para que el usuario pueda hacer toda su compra informática, lo que los americanos llaman one-stop-shop.

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