Los nuevos proyectores se han hecho un hueco en el entorno doméstico, gracias, por un lado, a una progresiva bajada de los precios y, por otro, a la introducción de un buen número de posibilidades de conexión con dispositivos digitales externos, como cámaras fotográficas y de vídeo, paneles, sistemas de reproducción de DVD, etc. A esto se añade su compatibilidad con cualquier sistema de sonido externo estéreo merced a los conectores que incluye. Además estas interesantes prestaciones aparecen condensadas en formatos extremadamente reducidos.
Hoy en día para trabajar con un proyector sólo se necesita conectarlo a un ordenador de cualquier tipo y el usuario podrá utilizar el puntero del ratón desde el propio mando a distancia, lo que confiere al usuario un control absoluto del mismo o ver televisión y películas en formato DVD en una pantalla de 4 x 4 metros. Las entradas con formatos RCA y S-Vídeo harán igualmente posible la conexión de dispositivos adicionales. La única condición será que los periféricos adicionales cuenten con la correspondiente salida de vídeo.
La calidad de imagen que consiguen estos aparatos vendrá determinada por las prestaciones de sus componentes, alcanzando a menudo niveles insólitos. A falta de una pantalla especial, una pared blanca y lisa resultará una superficie adecuada para proyectar la imagen. En el caso del sonido, si el dispositivo conectado al proyector no dispone de un buen sistema de audio, se podrá tomar la señal directamente desde el proyector.
Un proyector LCD consta de tres elementos fundamentales pantalla/s LCD, cuyo tamaño oscila entre 0,6 y 1,3 pulgadas y es una de las causas que motiva el enorme coste de estos dispositivos. El segundo elemento que nos encontramos es la óptica del foco, y por último la lámpara. A la hora de adquirir un proyector hay que tener en cuenta que la lámpara tienen un tiempo de vida limitado, y que además su precio supone un desembolso entre las 60.000 y las 100.000 de media.
Resulta evidente que el número de usuarios que necesitan utilizar el proyector fuera de su lugar habitual de trabajo no deja de crecer. Por ello, muchos fabricantes han accedido a reducir el peso y dimensiones de estos periféricos sin dejar por ello de perfeccionar su tecnología y aumentar sus prestaciones. Así, en la actualidad es posible hacer una distinción triple entre dispositivos fijos, portátiles o ultraligeros.
Suelen considerarse proyectores fijos todos aquéllos que exceden los 5 Kg de peso y que están destinados a su utilización dentro de la propia oficina. Con un peso que ronda los 3 Kg, los dispositivos portátiles están representados en esta comparativa por el modelo LP335 de la firma Infocus. Suelen presentarse en prácticos maletines.
Por último, la categoría de proyectores ultraligeros, minoritaria todavía, engloba dispositivos como Philips UGO X-Lite, con un peso de 1,3 Kg. Al contrario de lo que tiende a pensarse, en este campo de periféricos, la reducción de tamaño no supone menoscabo en su calidad. Así, los citados proyectores de Infocus y Philips están provistos de pantalla nativa XGA (1.024 x 768 puntos de resolución) y lámparas de 1.000 y 800 lúmenes, respectivamente, componentes que les permiten ofrecer una calidad de imagen más que aceptable.
El presente escaparate trata de abarcar toda la variedad de productos y tecnologías que existe actualmente en el mercado. Haciendo balance, puede señalarse que el índice medio de calidad está constituido por modo de pantalla nativo XGA, es decir, 1.024 x 768 puntos de resolución, y una lámpara de alrededor de 1.000 lúmenes de potencia. Esto significa una considerable mejora en los niveles de resolución y luminosidad respecto al año pasado.
No está demás, sin embargo, indicar que aún subsiste un inconveniente bastante generalizado a la hora de instalar estos periféricos y es que los cables incluidos por los fabricantes suelen ser demasiado cortos, lo que obliga a adquirir alargadores de cable adicionales. Este detalle resulta tanto más inaceptable cuanto que los proyectores LCD se venden a precios que ascienden desde el medio millón de pesetas hasta los casi dos millones.