A pesar de que las cosas no marchan todo lo bien que deberían en los negocios de comercio electrónico dirigidos a los particulares (B2C), el clima reinante es optimista, sobre todo si se valora la cifra de ventas obtenida en el año 2000, que alcanzó los 9.000 millones de pesetas, y las que se prevén para 2001 y 2002, que podrían situarse en torno a los 20.000 y 40.000 millones de pesetas, respectivamente.
Por líneas de producto, en el año 2000 los productos de informática alcanzaron un volumen de negocio de 2.200 millones de pesetas, un 24 por ciento de la facturación total de las tiendas virtuales, superando a las ventas de libros y discos que fueron de 1.500 millones de pesetas, un 17 por ciento del total. El sector de la alimentación, acaparó un 14 por ciento (1.300 millones de pesetas en volumen de negocio), y los artículos deportivos con un 11 por ciento del total facturado, 1.000 millones de pesetas.
En cuanto a la distribución de las ventas por tipo de operador, en el año 2000, las tiendas creadas por empresas de Internet obtuvieron 5.000 millones de pesetas, el 56 por ciento de la facturación, mientras que las empresas tradicionales movieron a través de la Red unos 4.000 millones de pesetas.
Parece por tanto, que el sector de las tiendas virtuales tiene asegurado el éxito en los próximos años. Sin embargo, y pese a las buenas previsiones las cifras que se reflejan en la actualidad son modestas si se comparan con las que mueve la distribución off line, la de las empresas tradicionales que poco a poco van potenciando sus servicios en este canal de venta. Así, y según el estudio de DBK se estima que este tipo de operadores podría canalizar en 2002 cerca del 58 por ciento de la facturación de las tiendas virtuales, frente al 44 por ciento contabilizado en 2000.
