Amparo Moraleda se levantó muy temprano para acudir a su primera comparencia pública como presidenta ejecutiva de IBM en España y en Portugal. A las siete de la mañana, y por videoconferencia desde la costa este de Estados Unidos, la, contra todo pronóstico, sucesora de Juan Pí en la dirección del Gigante Azul en la Península Ibérica, dejó caer algunas de las ideas que le rondan la cabeza y que empezará a poner en práctica a partir del 1 de julio, cuando oficialmente tome el relevo de Pí, que también ese día asumirá su nuevo cargo, la vicepresidencia de la división de Servicios Financieros para EMEA. Moraleda insistió, por el tono y el contenido de sus respuestas ante los periodistas, que su etapa va a suponer una continuación del trabajo de su antecesor, aunque ahora pondrá énfasis no sólo en la gran cuenta, sino también en las pymes. La nueva presidenta quiere poner la venta de soluciones a este segmento empresarial a la altura de los otros dos grandes negocios de la compañía en este país la gran corporación, donde la imagen de IBM es una garantía, y los servicios tecnológicos, donde cuenta con el brazo más potente de la industria, IBM Global Services. La pyme estuvo también presente en las declaraciones de Juan Pí, que también estuvo al otro lado del hilo telefónico en Madrid y que se refirió al atraso tecnológico y de inversión español con respecto a la media de la Unión Europea como un grave problema en el futuro para la competitividad del país. Para el nuevo responsable del negocio de banca de IBM en Europa, la acogida de la compañía entre las pymes no está a la altura, cuando lo cierto es que hay proyectos y tecnología para llegar ahí también. Para dar ejemplo, Juan Pí se refirió al recientemente creado Centro de Innovación de e-business en la Comunidad de Madrid, financiado en parte por el Ministerio de Ciencia y Tecnología, que permite que cualquier empresa, independientemente de sus recursos, pueda probar las soluciones electrónicas que más le convengan.
Amparo Moraleda es llamativamente joven, 37 años, y anteriormente se fogueó en la dirección al ser la máxima responsable de INSA, una firma de software española participada por la propia IBM. Desde hacía escasamente un año trabajaba codo con codo con Lou Gestner en EEUU como ejecutiva adjunta.
