En la actualidad, existen en el mercado conjuntos de dos, tres, cinco y seis altavoces. Mientras que los primeros presentan un cono de agudos y graves en cada unidad, los sistemas de tres unidades mejoran el sonido estéreo tradicional distribuyendo su salida entre dos pequeños satélites para los agudos y un subwoofer encargado de la emisión de los bajos.
Por su parte, los sistemas cuadrafónicos suman, a las tres fuentes de los anteriores, otros dos canales posteriores. Siempre que se disponga de la tarjeta de sonido apropiada, esto propicia una sensación de tridimensionalidad que se ha bautizado como sonido surround. Finalmente, los sistemas de seis altavoces o home theatres profundizan en ese efecto, pero lo hacen mediante un descodificador digital. Ello ha traído consigo la llegada del sonido Dolby Digital que ya ha llegado hasta la versión 5.1.
Los sistemas de altavoces más extendidos en el mercado combinan en una misma caja sonidos bajos, medios y altos, ya que ésta es una buena fórmula para hacerlos asequibles al público en general y conseguir que su traslado e instalación sean más fáciles. Cada altavoz de rango completo puede contener en su caja uno, dos, tres o más conos. Paralelamente, existen amplificadores de potencia que, como su nombre indica, aumentan la intensidad de la señal con el fin, sobre todo, de asegurar el mantenimiento de los bajos dentro de niveles adecuados. La mayoría de los modelos existentes está diseñada para proporcionar al altavoz una potencia superior a un kilovatio.
De la combinación de los altavoces con su amplificador de sonido se derivan ciertos riesgos que es preciso prevenir mediante diversos procedimientos de protección. Así, mientras los primeros deberán estar preparados para resistir los denominados picos de potencias, el amplificador habrá de ser protegido contra posibles cargas excesivas, problema que se origina cuando los altavoces toman de ellos una potencia superior a la que son capaces de soportar. Las medidas de protección más específicas han de recaer en el amplificador, pero no hay que olvidar la importancia que tiene el diseño de todo el sistema de sonido en su conjunto. En este sentido, el usuario deberá buscar un equilibrio entre la capacidad de carga que presentan sus altavoces y la potencia de salida del amplificador. Para ello, le resultará útil saber que algunos altavoces contienen fusibles integrados, en tanto que otros modelos delegan el control de la potencia del amplificador en la tarjeta de sonido.
La tecnología cuadrafónica propiamente dicha -con sistemas de cuatro satélites más un subwoofer– aparece dividida en dos frentes a un lado se encuentra el modelo de Logitech, que descuella sobre los demás modelos por su potencia y calidad; al otro, aparecen cinco propuestas de la mano de MidiLand, Creative -FSP1500-, Philips, Genius y Guillemot que, siendo prácticamente equivalentes en cuanto a calidad y prestaciones, ofrecen algunas diferencias en aspectos como el precio, el tamaño o el diseño externo.
La representación de los sistemas de seis altavoces con soporte para Dolby Digital corre a cargo de dos modelos de Creative. El primero, DTT2200, puede funcionar como un sistema cuadrafónico normal o bien troquelar sonido Dolby Digital. En este punto, el usuario que cuente con una tarjeta dotada de descodificador, como Sound Blaster Live! 5.1l, no necesitará adquirir uno adicional. El segundo modelo, de la familia PlayWorks, además de incluir descodificador y mando a distancia, está dotado de numerosas entradas que permiten conectarlo a cualquier aparato compatible con el estándar Dolby, como los lectores de DVD.
A la luz de estos datos, pueden extraerse algunas conclusiones que permiten esbozar la evolución futura del segmento de los altavoces. En primer lugar, los sistemas de dos unidades parecen abocados a la extinción, dada su incapacidad para satisfacer las demandas de calidad de sonido de los usuarios. Los conjuntos de tres altavoces, en cambio, consiguen elevar dicha calidad mediante la disgregación de los conos de graves y agudos. Pese a ello, será difícil que resistan el envite de los sistemas cuadrafónicos, que, por un precio muy competitivo -algo más de 7.000 pesetas-, permiten disfrutar de verdadero sonido envolvente con cualquier tarjeta de sonido que soporte cuatro canales. podemos tener un conjunto de este tipo. De hecho, es probable que esté cerca el día en que todos los PC se acompañen de serie por este tipo de sistemas. Una vez que eso suceda, los conjuntos de seis unidades que soportan Dolby Digital habrán de experimentar una progresiva bajada de precio. Éstos, además, presentan grandes cotas de versatilidad. En efecto, al poder conectarlos simultáneamente a toda clase de dispositivos audiovisuales -reproductores de DVD y MP3, cadenas hi-fi, televisores, consolas de videojuegos tipo PlayStation2, etc-, el usuario verá cada vez más cerca la posibilidad vivir en su casa la magia del cine.