El final del otoño se está presentando más que movido para varios de los principales fabricantes de impresión. Si Xerox acaba de anunciar pérdidas y recortes de plantilla, se puede decir que a Lexmark no le va tampoco demasiado bien. Con el anuncio de los últimos resultados correspondientes al tercer trimestre fiscal llegan también malas noticias para la compañía.
Lexmark ha hecho pública su intención de acometer un plan de reestructuración que busca recortar gastos, por lo que parece que trasladará sus plantas de fabricación de equipos láser a las regiones de Latinoamérica y Asia. Asimismo, la compañía tiene planeado reducir su equipo de soporte. Una de las primeras medidas que va a tomar la compañía será el despido de cerca de 900 de los casi 11.000 empleados con los que cuenta en todo el mundo. Gracias al plan de choque, Lexmark espera ahorrarse 100 millones de dólares (unos 20.000 millones de pesetas) hasta el año 2002, una inyección de capital que será utilizada por el fabricante para intentar hacer más competitiva su posición en el mercado.
Según estiman algunos observadores del mercado, el plan de reducción de costes que la compañía piensa poner en marcha nace como consecuencia de la caída del beneficio neto en un 14 por ciento en el tercer trimestre -de los 76,5 millones de dólares de hace uno año se ha pasado a una facturación ligeramente por encima de los 66 millones de dólares este año. Y es que, aunque la facturación de la compañía durante este período ha sido de 927 millones de dólares, aumentando un 10 por ciento respecto al año anterior, el margen bruto ha caído cerca de cuatro puntos, hasta el 31,9 por ciento, debido, según el fabricante, a la depreciación de las monedas extranjeras (principalmente en la zona euro), la lenta evolución de las ventas de cartuchos para impresoras de chorro de tinta y a una bajada general en los márgenes que se aplican al hardware. Según Lexmark, si este impacto negativo no hubiese tenido lugar, el crecimiento de la facturación habría sido de un 15 por ciento, es decir, cinco puntos más que la obtenida finalmente.
Además, el ratio de crecimiento en este tercer trimestre también se ha visto dañado por una reducción de los niveles de inventario de los cartuchos de tinta. Por otro lado, los gastos operativos se han elevado un cinco por ciento en este mismo período. De esta forma, los beneficios operativos han sido sólo de 98 millones de dólares comparados con los 116 millones obtenidos hace un año.
Como ha señalado el CEO de Lexmark, Paul Curlander, el plan de reestructuración de la compañía refleja los continuos esfuerzos para reducir los costes derivados de nuestros productos.
En lo que queda de año Lexmark prevé un crecimiento para sus ventas totales que podría estar entre un 10 y un 15 por ciento sobre el último trimestre de 1999.