Los productos más recientes bajo conexión IDE, SCSI y FireWire

Los dispositivos de grabación de CD son uno de los productos más demandados en el mercado, además, han sabido resistir el envite del DVD mediante una extraordinaria habilidad de los fabricantes para adaptarlos a los continuos cambios de la demanda.

Publicado el 16 Jul 2001

Por paradójico que parezca, fue el DVD con su difusión masiva el que marcó el despegue de los dispositivos de grabación de CD en el mercado. Conscientes de las posibilidades del formato emergente, los fabricantes de unidades de CD han buscado su salvación en el desarrollo de soportes dotados de una capacidad, unos costes y una fiabilidad que hace apenas tres años habrían sido impensables.

Si a principios de 1999 una regrabadora alcanzaba, en el mejor de los casos, tasas de 600 Kbytes por segundo, hoy por hoy, existen productos capaces de grabar en discos compactos vírgenes a velocidades que oscilan entre 1.800 y 3.000 Kbytes por segundo. Por otra parte, las antiguas tasas de lectura -situadas entre los 1.200 y los 1.800 Kbytes por segundo-, han aumentado hasta el punto de convertir en lectores de CD-Rom las unidades de grabación. Ello tiene que ver con mejoras en el ámbito de las conexiones, en concreto con la definitiva introducción de la tecnología IDE, que ha conseguido arrebatar el protagonismo al bus SCSI.

Por lo que respecta al precio, aunque el coste medio de estos aparatos ha descendido en unas 10.000 pesetas respecto a las 60.000 que costaban en 1999, la verdadera diferencia estriba en que actualmente hay en el mercado un gran número de dispositivos que graban tanto en CD-R como en CD-RW. Cabe recordar que esta distinción obedece a la capacidad de los discos del segundo tipo para admitir hasta mil registros, frente a uno sólo en el caso del CD-R. Por lo demás, ambos soportes han experimentado una disminución de precio, situándose entre las 80 y las 150 pesetas de las obleas CD-R y las aproximadamente 900 de las CD-RW.

Pero, además, la industria del CD ha demostrado una gran perspicacia al dotar a los nuevos dispositivos de posibilidades que el DVD estaba ofreciendo al usuario. En particular, el desarrollo de grabadoras de sobremesa por parte de fabricantes como Philips ha permitido la entrada de estos productos en el mercado de la electrónica de consumo.

Incluso ha surgido una amplia de aparatos que combinan las capacidades de una grabadora de CD-R o CD-RW con un lector de DVD.

Así, a pesar de que en la actualidad abundan los productos de este tipo, lo cierto es que por lo general resultan más lentos tanto en la grabación de CD-R como en la reproducción de DVD-ROM. No es el caso del dispositivo Combo de Ricoh,que alcanza los 1.800 Kbytes por segundo como velocidad de grabación y 12x de velocidad de lectura de DVD, siendo 1x el equivalente a 150 Kbytes por segundo.
Por lo que respecta a la interfaz de conexión, ya se ha mencionado la progresiva incorporación de nuevos estándares en el sector de las grabadoras. El sistema SCSI que se utilizaba cuando estos productos estaban destinados a profesionales que necesitaban almacenar grandes cantidades de información, hoy compite con la interfaz IDE, que cada vez admite un mayor flujo de información y ha mantenido su ajustado coste.

Tras conseguir introducirse en el mercado doméstico, los fabricantes percibieron las ventajas del Universal Serial Bus a la hora de crear productos válidos tanto para PC como para Mac. Sin embargo, las tasas de transferencia de datos son aún demasiado bajas -600 Kbytes por segundo, frente a los 3.000 de otras soluciones actuales, por lo que será preciso esperar a que este mismo año se comercialicen dispositivos actualizados a la segunda versión de USB. La última incorporación ha sido la protagonizada por la interfaz FireWire, que al igual que el USB permite la instalación en caliente, suministrando además un ancho de banda de hasta 400 Mbits por segundo.

Los signos de la evolución son, pues, la reducción de precios, la fiabilidad y, sobre todo, la facilidad de instalación y traslado. En este sentido, las tecnologías inalámbricas y portátiles tienen visos de convertirse pronto en las reinas de este sector. Todas las miradas se dirigen a la tecnología Bluetooth como la candidata perfecta para desempeñar en el campo de las grabadoras la hegemonía que ya tiene entre las tarjetas de red inalámbricas.
La comparativa se ha basado en una serie de pruebas efectuadas con el fin de medir el rendimiento de cada uno de los dispositivos que la componen. En primer lugar, se registró la velocidad de grabación de un fichero de 150 archivos con tamaños comprendidos entre los 2,5 y los 5 Mbytes.

La segunda prueba es la denominada CD Tach, que tiene por objeto determinar exactamente el tiempo de acceso o extracción de datos del dispositivo. Su resultado se expresa en dos cifras, de las cuales, la más baja refleja el acceso más rápido que ha tenido lugar y la segunda y más elevada indica el más lento.

Como de costumbre, se tomó en consideración el precio de venta al público de cada modelo y el software adicional que lo acompaña, así como la facilidad de instalación y su fiabilidad, que suele ir relacionada con alguna técnica de protección de datos y control de flujo entre el buffer de la regrabadora y el equipo.

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