El precio no es, ni mucho menos, el primer criterio que tiene en cuenta un cliente a la hora de adquirir impresoras láser. Para la empresa española pesan mucho más aspectos como la resolución de problemas, el mantenimiento o la disponibilidad (sobre todo de consumibles). Son algunos de los datos del estudio del IESE encargado por HP. Es uno de los mensajes que la primera marca de equipos láser del mercado español (acapara alrededor de un 50% del negocio) quiere transmitir al canal de distribución, que es el que realmente, por su capilaridad, puede ofrecer unos servicios a la altura de esta demanda. “Estos servicios son críticos, sobre todo para las pequeñas empresas y para el millón y medio de autónomos”, manifestaba Federico Palacios, responsable de marketing para pymes de la división de Imagen e Impresión de HP, una unidad que ya ha superado la cota de las 100 millones de equipos LaserJet vendidos en todo el mundo (en España ya ha comercializado más de un millón de unidades desde que salió la primera máquina allá por 1984).
Palacios recordó que hoy en día el motor de crecimiento en el ámbito de la impresión profesional reside en el láser color, aunque aseguró que esta tecnología no superará a la monocromo, ya en retirada, hasta el final de la década. España es punta de lanza en la introducción del color en la oficina y casi una de cada tres láser que se ponen en el mercado van más allá del negro. Asimismo, el responsable de mercadotecnia adelantó que el fabricante va a simplificar la nomenclatura en su gama de producto y que va a centrar todas las novedades en torno a cuatro denominaciones: LaserJet (equipos láser para la empresa y SOHO), PhotoSmart (línea profesional y consumo para la reproducción de fotografía digital), OfficeJet (que recoge todos los formatos de tinta para la empresa) y DeskJet (marca de entrada en tinta).