El Digital Versatile Disc apareció a finales de 1995 de la mano de un consorcio formado por diez de las más importantes compañías de la industria informática y audiovisual. Su desarrollo bebe de las mismas fuentes que el Compact Disc -creado por Philips y Sony-, sobre cuya superficie se implementaron una serie de mejoras tecnológicas con el fin de aumentar la capacidad final del soporte y, a posteriori, la calidad de los contenidos multimedia almacenados. Así, mientras en un compacto convencional se utilizan 86 centímetros cuadrados de superficie, en un DVD aumenta a 87,6 cm. De esta forma, la distancia entre pistas disminuye de 1,6 a 0,74 micras y la longitud mínima de las marcas (pits) es de 0,4 (0,44 para doble capa), lo que significa más de la mitad de reducción sobre las 0,972 micras de los CD. Esto supone que en el DVD se multiplica 7,5 veces (4,7 Gbytes frente a los 0,65 Gbytes del CD convencional) la capacidad de almacenaje de datos, siempre considerando que sólo se utiliza una cara y una capa del mismo.
Ésta es sólo la primera faceta de un mayor aprovechamiento, puesto que mientras que los CD únicamente utilizan una cara del disco, los DVD están diseñados de manera que sea posible emplear las dos. A su vez, cada una de ellas cuenta con dos capas que hacen que, mediante diversas propiedades de la reflexión del láser, se llegue a un máximo teórico de 17,08 Gb de información, o bien 8 horas de vídeo en calidad DVD. Este tipo de discos, llamados DVD-18, son muy poco frecuentes en el mercado, frente a los típicos DVD-5 usados para DVD-Vídeo (4,7 Gbytes de datos o 2 horas de vídeo).
Al igual que sucediera con el Compact Disc, que en primera instancia sólo se pensó como soporte de audio, el DVD ha extendido sus funciones y ha tendido a presentarse sobre todo como soporte para el vídeo digital. De hecho, su capacidad de almacenamiento (con un máximo teórico de 17,08 Gbytes en un solo disco) será sin duda uno de sus puntos fuertes en el futuro. Sin embargo, debemos diferenciar los formatos presentes en la informática de los destinados específicamente a contenidos audiovisuales. El más conocido de todos los aspectos en los que se presenta este formato es el DVD-Vídeo, punta de lanza de la tecnología DVD ha permitido revolucionar la industria audiovisual gracias a una calidad y unas prestaciones sobresalientes, que más adelante analizaremos. Mucho menos conocida y extendida es la versión sonora del DVD; los DVD-Audio, o DVD-A, que compiten en desventaja con el estándar de facto en este campo. Los compact discs de audio, o CD-DA, mantendrán durante unos cuantos años su liderazgo gracias a su calidad de audio digital y a la aceptación por parte del consumidor y de la propia industria musical. Sin embargo, sus características técnicas son menos llamativas que las del DVD-Vídeo, puesto que la calidad de sonido de este último es mayor, al tomar como base la compresión sin pérdidas MLP de la empresa Meridian, licenciada por Dolby.
A pesar de todo la situación del DVD en el mercado sigue resultando bastante confusa. En un principio, cuando se lanzó al mercado a finales de 1995, se pensaba que iba a causar furor y a relegar al CD-ROM al ostracismo. Incluso, se llegó a presagiar la inmediata muerte del CD-ROM. Sin embargo, han pasado los años y el CD-ROM aún sigue vivo y al DVD le está costando abrirse hueco en el mercado. Muchos han sido los gurus que han anunciado que el reproductor de CD-ROM que se lanzaba al mercado en un momento determinado iba a ser el último, y el paso del tiempo ha demostrado que no ha sido así, sino que, por ahora, el CD-ROM sigue teniendo una gran fuerza.
Parece ser que el público no es consciente de las grandes ventajas del DVD, aunque también hay que dejar claro que tiene inconvenientes. La cuestión está, por tanto, en sopesar unas y otros y decidir. Entre las ventajas, sin duda, habría que mencionar la calidad y la capacidad de almacenamiento. En cuanto a los inconvenientes, habría que comenzar mencionando la escasez de aplicaciones que están disponibles en ese formato. No ocurre lo mismo con las películas, de las que existen infinidad de títulos, y es que todo parece indicar que, hoy por hoy, es más fácil vender un DVD a una familia para que lo utilice como reproductor de vídeo que a una empresa para que sustituya al CD-ROM. Las compañías que se dedican a fabricar software son las primeras que no se deciden y hasta que no aumente el número de usuarios de DVD probablemente no se decidirán a incrementar la producción de sus programas en este formato. Así es que tampoco atraerán a los usuarios con programas llamativos. En definitiva, una pescadilla que se muerde la cola y paraliza por el momento el desarrollo del DVD en el negocio informático. En este sentido Jesús Del Corral, de Sony, afirma que no se estampa software en soporte DVD por cuestión de costes de producción y porque, en informática y en el sector doméstico, el software y el audio, que son las principales aplicaciones, son más baratos de masterizar y posteriormente realizar copias de ellos. Además, el parque de lectores de CD-ROM instalados en PC es muy superior al de DVD. Para Mendía, de UMD, la razón de que no exista apenas software en DVD es el coste de los propios lectores, que a día de hoy son considerablemente mas caros que los CD y consecuentemente el mercado es más pequeño.
Los últimos modelos de DVD que se pueden encontrar pertenecen a la tercera generación y alcanzan una velocidad 5x cuando reproducen DVD, mientras que cuando lo hacen con un CD-ROM, oscila entre 14x y 32x. Dentro de las unidades de grabación de DVD, surge un problema a la hora de elegir entre un DVD- RAM y un DVD+RW. Por el momento el mayor inconveniente es que son incompatibles entre sí y sólo algunos modelos de cuarta generación, que se lanzarán al mercado en breve, van a ser compatibles. Panasonic y Sony son dos ejemplos de fabricantes que van a lanzar reproductores de DVD-ROM que no van a soportar DVD+RW y DVD-RAM, respectivamente.
Para Jesús Del Corral,de Sony, cuando la reproducción del DVD se sitúe en el nivel de lectura de CD-ROM de 50x y el precio se aproxime a los 35 o 40 dólares (entre 6.000 y 7.000 pesetas), el CD-ROM desaparecerá.
El año pasado Sony, uno de los fabricantes de electrónica de consumo que también se atreve con el sector de los DVD para portátiles, vendió en España unas 50.000 unidades lectoras de este tipo; para este año, según Jesús del Corral, la previsión es alcanzar las 70.000, lo que da una idea de cómo está el mercado.
Más allá de nuestras fronteras y según un reciente estudio realizado por la Consumer Electronics Association (CEA) de Estados Unidos, durante el primer trimestre del año han sido 2,4 millones los reproductores vendidos. Desde que este nuevo formato fue lanzado al mercado, se han vendido un total de 16,5 millones de unidades al otro lado del Atlántico. Si continúa el mismo crecimiento que el registrado en los tres primeros meses del año, podrían llegar a venderse un total de 17 millones de dispositivos DVD hasta final de año en Estados Unidos.
El estudio indica que ya existen más de 125 modelos diferentes de reproductores de DVD comercializados por 50 marcas diferentes de electrónica de consumo.
Desde la creación del formato en 1997, las ventas de software han alcanzado más de 380 millones de unidades, según el DVD Entertainment Group.
Por otro lado, en Japón, auténtica meca del DVD, la producción de discos se multiplicó por cuatro el año pasado superando, por primera vez, la de cintas VHS, que experimentó una caída del 12 por ciento con relación a 1999.
En conjunto, se calcula que en 2000 las ventas de DVD crecieron un 300 por ciento según indica un estudio realizado recientemente por Strategy Analytics. Para este año, Strategy Analytics espera que sean las grabadoras de DVD las que garanticen un elevado índice de ventas, para competir directamente con el VHS, formato al que esta consultora sólo da una vida de 5 años. Este fenómeno de sustitución se reflejará claramente en las ventas de discos, que pasarán de los 400 millones de unidades que se alcanzarán este año a 2.300 en 2005. En lo que a hardware respecta, la empresa considera que se comercializarán un total de 46 millones de aparatos con lector de DVD (incluyendo ordenadores y consolas) este año.
A la vista de todo esto, es posible decir que el mercado de los lectores de DVD todavía gatea, aunque, eso sí, de forma firme. Sea como fuere, los fabricantes no paran de presentar nuevos y más potentes lectores a un precio cada vez más ajustado, lo que hace prever que la masa crítica adecuada a este negocio no debe estar ya muy lejos.