Una de sus particularidades es su mecanismo de almacenamiento el célebre Memory Stick de Sony, con una capacidad de 8 Mbytes. Este dato resultará interesante para quienes posean otros productos audiovisuales de la firma, ya que se trata de un complemento compatible con todos ellos.
La calidad no desmerece de la que suele ofrecer el fabricante, en este caso gracias a un CCD de 3,3 millones de puntos. Resulta notable la nitidez de los detalles situados en segundo plano, si bien se echa en falta algo más de luminosidad.
El trabajo con DSC-P1 se gestiona mediante un selector de modo que incluye tres opciones una para capturar fotografías, otra para visualizarlas y una tercera para la grabación de vídeo, modo en el que se alcanza una velocidad de 16 fps. En este sentido, conviene saber que la pantalla LCD presenta unas dimensiones reducidas, al lado de una calidad sobresaliente.
Las posibilidades de retoque fotográfico son numerosas y de fácil acceso. Aparte de un menú de configuración completo y sencillo, la cámara permite ejecutar las funciones básicas -primeros planos, configuración del flash, zoom, etc.- por medio de botones localizados en la superficie. A través del menú, pueden predeterminarse algunos efectos, como blanco y negro, tono sepia o negativo.
