Los rumores se extienden cada vez con mayor fundamento, y a pesar de que Xerox, uno de los mayores fabricantes de sistemas de impresión, negó el pasado lunes a la agencia Reuters que se encuentre en una situación de bancarrota, todo apunta a que esta empresa pasa por un momento crítico en lo que se refiere al balance de sus cuentas.
La compañía ya anunció a principios de mes que sus ganancias no serían las previstas. Y así ha sido, ya que ha caído un seis por ciento (11/16) y el viernes cerró con 7/16.
Este asunto viene coleando de largo, desde que su consejero delegado, Rick Thoman dimitó de su cargo y dejó la compañía en mayo forzado por su presidente, Paul Allaire.
Desde entonces esta empresa ha venido arrastrando problemas en sus beneficios y en sus ventas.
La semana pasada Xerox comunicó que esperaba unas pérdidas de 15 a 20 centavos en cada accion. Y esta semana la compañía anunció una reducción de sus dividendos trimestrales de cinco centavos por acción.
Un portavoz de Xerox salió al paso alegando que estos anuncios no significaban que la compañía estuviera teniendo problemas financieros y señaló que la empresa disponía de un credito de 7.000 millones de dólares.
Ahora Xerox se enfrenta con un nuevo revés, ya que ayer lunes sus acciones cayeron más de un 25 por ciento. Los analistas no dudan en opinar que esta nueva caída supone una profunda crisis en sus efectivos.
Quizá los problemas de Xerox se remonten al año pasado cuando sus acciones cayeron en un 76 por ciento y un 49 por ciento en los últimos tres meses.
Por el momento Xerox se niega ha hacer ningún tipo de comentario al respecto e insiste en confirmar que siguen siendo una empresa con liquidez.
