Persiste la inquietud

  Mirando al cielo y a las temperaturas, que nos han hecho disfrutar de uno de los veranos más suaves que se recuerdan, uno se olvida de la agitación que sufre el sector informático. Las cifras de venta de PC del segundo trimestre de 2011, dadas a conocer a finales de julio por las principales consultoras, son fuente de inquietud. Las ventas de sistemas personales, un barómetro para la actividad de esta industria, cayeron nada menos que un 41%. El batacazo fue mayor en consumo que en la empresa, pero, en cualquier caso, nadie fue capaz de levantar cabeza. Por fabricantes, Acer se llevó la peor parte (cedió nada menos que un 66%).     Muchas circunstancias confluyen para explicar estos desplomes: el consumo congelado por la crisis económica, los restos de stock de principios de años, la ralentización en la venta de netbooks, el avance de las tabletas multimedia (una categoría que Gartner e IDC todavía no incluyen en sus cálculos)… En todo caso, son cifras que reflejan el sell-in en el canal (venta a mayorista y no a usuario final) y es probable que los números de Gfk, que sí mide lo que efectivamente se lleva el usuario a casa, no sean tan catastróficos.  
Pero el verano ha dado para más. Como todos los años, a principios de julio, coincidiendo con la apertura de su año fiscal, Microsoft volvió a reunir en Estados Unidos (esta vez el sitio elegido fue Los Ángeles) a su canal de distribución mundial. Aquel eufórico y un punto histriónico “developers, developers, developers” con el que Steve Ballmer saltó al Youtube hace unos años, se ha convertido en “cloud, cloud, cloud”. El giro a la nube, materializado sobre todo en la propuesta que supone Office 365, sigue su curso en la casa de Redmond.  
En fin, el sector se la juega en un otoño que, por muchas razones, se presenta caliente. Los agentes deberán decidir qué campaña de Navidad plantean (en el recuerdo estará, sin duda, la muy negativa del año pasado) y también deberán trabajar para estimular unas ventas y unas decisiones empresariales que, si no se resuelve la crisis, seguirán congeladas.