La nube pública vivió en los últimos años una verdadera eclosión. Sobre todo por la emergencia que supuso la pandemia y el trabajo remoto masivo al que dio lugar. Y esa tendencia claramente ascendente se va a mantener en los próximos años. Compañías como AWS, Microsoft o Google no deberían estar intranquilas. Tampoco otros proveedores más pequeños o localizados geográficamente.
Los presagios de las consultoras con claros. La nube pública movió 563.000 millones de dólares en 2023 en todo el mundo, y esa cifra crecerá un 20,4%, hasta los casi 679.000 millones en 2024, según Gartner. A favor de la nube pública está la necesidad en las empresas de implantar servicios de inteligencia artificial generativa que requieren una infraestructura muy avanzada y de gran escala. Por eso este año se hablará mucho de otra variante de los servicios de nube: el AI-as-a-Servive (AIaaS).
Todos los segmentos de la nube pública crecerán en 2024, aunque será el IaaS el que más lo hará (un 26,6%, según Gartner). También será destacado el avance del platform-as-a-service (21,5%). Asimismo, contribuirá a la expansión de la nube pública la emergencia de plataformas de nube verticales, o por industrias.
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Las cifras de la nube pública en España
En España, el negocio de los servicios de nube pública también presenta unas proyecciones bastante optimistas. Según IDC, en 2023 movió 4.767 millones de euros, y en 2024 podría facturar 5.825 millones, lo que supone un crecimiento del 22%. IDC va más allá incluso y calcula que en 2025, esta industria moverá algo más de 7.000 millones de euros en España, y casi 8.500 millones en 2026. Además, IDC confirma que el segmento que más crece es el de PaaS, seguido por IaaS. Aunque SaaS sigue llevándose la mayor parte de la tarta. En 2023, SaaS supuso casi la mitad del negocio, con 2.111 millones de euros.
El tirón del cloud en 2024 convivirá con la repatriación de cargas
No obstante, el crecimiento de la nube pública convivirá con otra tendencia. La que llevará a muchos clientes que contrataron alegremente servicios con los hiperescalares y otros proveedores a replantarse el destino de ciertas cargas de trabajo o aplicaciones.
Porque la nube pública, dependiendo de las circunstancias, puede resultar cara, redundante o poco operativa. En cierta medida, en 2024 veremos una “repatriación” de cargas a entornos onpremise o de nube privada, en busca de mejoras de coste, eficiencia y control. Si hace unos años algunos pensaron que la nube pública se iba a comer todo el mercado, hoy es evidente que los entornos de nube son muy heterogéneos y permiten convivir a muchas modalidades.
En la misma estrategia de nube pública, también son habituales las configuraciones multi-proveedor. Es decir, el llamado multicloud. Al fin y al cabo nadie quiere arriesgarse a poner todos los huevos en la misma cesta y acabar rehén de un solo cloud provider. En 2024 las compañías también seguirán invirtiendo profusamente en modernizar sus aplicaciones a los nuevos entornos.
Un cloud más sostenible y seguro en los años que vienen
Por último, las empresas demandarán este año una nube más sostenible y también más segura. Se sabe que los centros de datos son importantes generadores de emisiones de carbono, y eso repercute en la huella final de sus clientes. Para responder a esta necesidad, todos los hiperescalares se han comprometido a llegar a las cero emisiones en un plazo de 10 a 15 años. Por otro lado, los servicios de cifrado, autenticación y recuperación ante desastres serán de los tres más demandados por los clientes en el ámbito de la nube. Todo es poco para combatir a unos ciberdelincuentes que tendrán en la inteligencia artificial un gran aliado para multiplicar sus ataques.
