El escándalo por las escuchas ilegales de HP en EEUU sigue cercenando cabezas de cargos directivos en la compañía. En esta ocasión ha sido Ann Baskins, consejera general, quien ha dejado la firma californiana antes de declarar ante el subcomité formado en la Cámara de Representantes estadounidense y que investiga los hechos. Baskins, que trabajó durante 24 años en HP, se acogió a la quinta enmienda de la Constitución americana para no declarar en su contra con el fin de que sus palabras no pudiesen ser usadas en un futuro juicio. Además, Anthony Gentilucci, director de seguridad, dimitió de su cargo el viernes pasado junto con Kevin Hunsaker, responsable ético del fabricante. Ellos también invocaron su derecho constitucional a no declarar en su contra.
Por otro lado, Patricia Dunn, expresidenta no ejecutiva de HP, explicó la semana pasada a los miembros del comité que nunca recibió las advertencias de sus subordinados sobre la posible ilegalidad que suponía espiar a periodistas y descubrir las fuentes internas de la empresa que les proporcionaban la información, un extremo que sí ha sido confirmado por algunos empleados. Idénticas declaraciones ha realizado Mark Hurd, presidente de la compañía, que además tuvo que aguantar la reprimenda de los legisladores por el abuso de tácticas presuntamente ilegales.
HP está siendo investigada no sólo por el comité del Congreso estadounidense, sino por el Departamento de Justicia, el fiscal general de California y la Securities and Exchange Commission (una institución parecida a la CNMV española) por utilizar el método denominado pretexting, que consiste en hacerse pasar por otra persona para conseguir una información determinada, y por el espionaje a determinados periodistas tecnológicos. La técnica del pretexting no está específicamente regulada en la legislación estadounidense como práctica ilegal.
