Por qué los partners pueden reducir la distancia entre teletrabajo, seguridad y experiencia de usuario

Publicado el 20 Jun 2022

Margarita Sanz

Los dos últimos años han supuesto una evolución inesperada en nuestra forma de trabajar. Ante los cambios y las interrupciones masivas, nos hemos movilizado para ofrecer soluciones rápidas que permitiesen mantener la actividad y la industria en movimiento. Ahora tenemos la oportunidad de coger esas soluciones rápidas y convertirlas en soluciones permanentes para lograr unos recursos laborales modernos y distribuidos.

No obstante, las organizaciones se enfrentan a un desafío para el que necesitan, además de soluciones, los conocimientos, la experiencia y la objetividad de los partners tecnológicos e industriales. ¿El reto? Según McKinsey, el 68% de las empresas aún no tiene una visión o un plan detallado de cómo hacer realidad un futuro híbrido. Aunque se reconoce a nivel estratégico que el trabajo híbrido es el futuro, traducirlo en acciones requiere de la ayuda de los equipos de TI y el apoyo y la experiencia de integradores de confianza.

Tampoco es una transición fácil, tal y como me comentaba hace poco Julio César Candil, head of intelligent workplace de Inetum en España, y uno de nuestros partners. Desde su punto de vista, los dos últimos años han sido un curso intensivo sobre lo que hay que hacer y lo que no hay que hacer en el trabajo híbrido. Para muchos clientes siguen existiendo todavía oportunidades de cambio, dado que las soluciones que introdujeron al principio de la pandemia fueron soluciones rápidas. Como partners, su trabajo es ayudarles a identificar cuáles son, establecer el modelo de trabajo híbrido que quieren ofrecer y crear una hoja de ruta para conseguirlo.

Empezar por la seguridad y terminar en la experiencia del usuario

Cuando se habla con los demandantes de servicios TI, ya no sirve el argumento basado tradicionalmente en los recursos humanos de por qué la experiencia del usuario debe ser lo primero. Sencillamente, no es primordial para los equipos de TI. Aunque pueda parecer contradictorio, mi consejo es que los integradores lideren la conversación sobre seguridad si quieren ayudar a los clientes a mejorar la experiencia del usuario.

“Según McKinsey, el 68% de las empresas aún no tiene una visión o un plan detallado de cómo hacer realidad un futuro híbrido”

Este decidido enfoque en la seguridad es, en parte, un vestigio del principio de la pandemia, cuando las políticas de seguridad se relajaron para que los empleados pudieran teletrabajar. Los partners están bien posicionados para ayudar a garantizar que los clientes abandonen el enfoque de seguridad basado en el perímetro y, en su lugar, pongan en práctica un modelo más moderno de confianza cero.

Adoptar un marco de confianza cero también ayudará a los equipos de TI a solucionar la experiencia del usuario. ¿Cómo? Comprendiendo que el espacio de trabajo digital actual ya no tiene perímetros y que los puntos finales, las cargas de trabajo y las aplicaciones se ubican en todas partes.

En lugar de adoptar el enfoque tradicional de confiar implícitamente en cualquier persona dentro de la red, la confianza cero nunca confía automáticamente en nada dentro o fuera del ecosistema de una empresa y requiere en todo momento la verificación de confianza antes de permitir el acceso a las aplicaciones. La verificación de cumplimiento de los puntos finales y del acceso condicional a las aplicaciones reduce la superficie de ataque, pero lo hace de tal forma que permite a los empleados utilizar las aplicaciones y los dispositivos que necesitan para hacer su trabajo sin poner barreras constantes para las que inevitablemente encontrarían soluciones.

Al ayudar a los clientes a modernizar su seguridad, el canal puede, por tanto, asesorar a las empresas sobre cómo pueden ejercer un mejor nivel de control en sus TI y, al tiempo, ofrecer la experiencia de usuario que los empleados esperan ahora, preparándolos para el cambio actual y en el futuro.

Pensar a largo plazo

Hablando de futuro, la capacidad de los partners de ver a una empresa en su conjunto, ser objetivos y proporcionar la experiencia que puede que las empresas no tengan, significa que están preparados para ayudar a los clientes a integrar soluciones a largo plazo que reemplacen las soluciones rápidas adoptadas al comienzo de la crisis. Los empleados están empezando a descubrir y a ser más explícitos sobre las malas experiencias del usuario y esperan que las empresas respondan en consecuencia.

Para partners como la consultora tecnológica Inetum es aquí donde los integradores pueden aportar un valor real ayudando a impulsar el cambio organizativo y cultural, junto con el cambio tecnológico, para centrarse en la medición del rendimiento en lugar de controlar a los empleados dentro del entorno laboral.

Ellos son un claro ejemplo, puesto que, a través del análisis del estilo de trabajo, evalúan dónde trabajan los empleados, cómo lo hacen y las aplicaciones que utilizan y, a continuación, ayudan a los clientes a ofrecer esa experiencia de usuario mediante un uso innovador de la tecnología. Por ejemplo, reduciendo las barreras al trabajo a través del autoabastecimiento, posicionando la seguridad como un facilitador y mediante la automatización para reducir el coste de los servicios.

Impulsar una cultura basada en la experiencia

En esta fase de disrupción intencionada, los partners desempeñan dos papeles. En primer lugar, el papel de experto técnico para ayudar a sentar las bases que ofrezcan las capacidades necesarias para apoyar la nueva era del trabajo híbrido. En segundo lugar, el papel del experto en experiencia, para ayudar a los clientes a entender todo lo que permitirá que los empleados puedan hacer su trabajo dondequiera que estén y de la manera que mejor les convenga.

La conjugación de estos dos roles ayudará a los clientes a crear planes sólidos y factibles que posibiliten un futuro de éxito al trabajo híbrido.

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Margarita Sanz

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