La digitalización fiscal en España está viviendo un momento clave. Verifactu, como parte de la «Ley Antifraude», no es solo una norma más. Va a cambiar de raíz la manera en la que empresas y profesionales emiten, gestionan y reportan su facturación. Y este cambio, lejos de ser teórico, afectará al día a día de miles de negocios en cuestión de semanas.
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Verifactu: ¿qué implica y por qué es relevante para el canal?
Verifactu es el nuevo sistema impulsado por la Agencia Tributaria para garantizar la integridad, trazabilidad y transparencia de las facturas. Su objetivo es combatir el fraude fiscal y asegurar que cada factura emitida sea auténtica, inalterable y esté debidamente registrada. La normativa exige que los sistemas de facturación estén conectados con la AEAT, permitiendo la transmisión automática y segura de los datos.
Pero más allá de sus requisitos técnicos, Verifactu marca un antes y un después: digitalizarse ya no será opcional. Los sistemas de facturación tendrán que adaptarse y las empresas, sobre todo pymes y autónomos, deberán revisar si sus herramientas actuales cumplen o si necesitan migrar a soluciones fiables. Se acabó borrar facturas, modificar registros o seguir métodos manuales sin soporte técnico sólido. Esto obligará a miles de negocios a replantear su forma de trabajar.
La realidad del mercado: demasiada información, poca claridad
La adaptación a Verifactu no está siendo sencilla. El mercado está saturado de información, pero no siempre es correcta, clara o actualizada. A pocos días de la obligatoriedad, siguen existiendo dudas legales y técnicas fundamentales, especialmente entre quienes deben tomar decisiones urgentes: desarrolladores de software, partners tecnológicos, pymes y autónomos.
En Fiskaly vemos diariamente que aún existe mucha confusión: requisitos técnicos mal interpretados, plazos desconocidos, dudas sobre cómo cambiarán los procesos de facturación y, sobre todo, miedo a cometer errores que deriven en sanciones. Por eso, para enfrentarse a este nuevo escenario, es crucial contar con un partner que aporte claridad, soporte experto y experiencia real en fiscalidad.
Algunas de las cuestiones más frecuentes que resolvemos son:
¿De verdad me va a afectar Verifactu? Seguro que cambian los plazos… puedo esperar un poco más, ¿no?
Esta es, sin duda, una de las creencias más extendidas entre empresas y autónomos. Pero la realidad es clara: sí, Verifactu te afectará si facturas menos de 6 millones de euros anuales, y emites facturas mediante un sistema informático, independientemente de tu sector. Si usas un software, un TPV, un ERP o cualquier herramienta digital para emitir tickets o facturas, estarás obligado a cumplir.
Respecto a los plazos, es importante insistir: no hay señales de que vayan a modificarse. La AEAT ha sido contundente en sus comunicaciones y el calendario está fijado en el Real Decreto:
● 1 de enero de 2026: empresas.
● 1 de julio de 2026: profesionales y autónomos.
Confiar en un posible retraso puede traducirse en sanciones importantes y, sobre todo, en prisas de última hora que complican la adaptación. La integración no es inmediata, requiere pruebas, validación y garantizar que el sistema funciona sin errores. Por eso, nuestra recomendación es clara: no esperar. Prepararse ahora evita contratiempos, asegura continuidad operativa y permite cumplir con todas las garantías.
¿Qué pasa con los autónomos?
La confusión es aún mayor. Da igual si facturan en módulos, en estimación directa, desde un TPV o con varios puntos de venta. Si emiten facturas mediante un sistema informático, deberán cumplir con Verifactu. Cada vez más autónomos buscan soluciones sencillas, compatibles con su actividad y fáciles de activar.
¿Cómo elegir un software compatible con Verifactu?
Esta pregunta se repite constantemente. La recomendación es clara: elegir proveedores que ofrezcan soporte técnico sólido, que cumplan con la declaración responsable, que garanticen integraciones sencillas y que acompañen durante todo el proceso de adaptación. Un software sin soporte ni actualizaciones puede convertirse en un riesgo para el negocio.






