El CPD ha dejado de ser un templo sagrado

La gestión y la eficiencia energética son los retos que tienen los fabricantes y ‘partners’ que abordan proyectos en el centro de datos

Publicado el 05 Ene 2011

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La historia de la informática, como la de la economía es cíclica. Aunque de vez en cuando lo olvidemos. Si en los albores de esta industria fueron los grandes servidores centrales los que reinaron (basta recordar aquellos mastodontes de IBM de válvulas de vació donde se cocía la primera informática en los años 50 y 60), en la década de los 80, sobre todo debido al ascenso del PC y del binomio Windows-Intel, ganó popularidad lo que se dio en llamar la informática distribuida. Los pequeños servidores estándar ganaron la partida a partir de ese momento a los mainframes, que perdieron lustre y empezaron a estar asociados para muchos a algo caro, lento y excesivamente complejo. Como recuerda Luis Palacios, director de desarrollo de negocio de virtualización de Cisco, las empresas que anteriormente habían dependido de un solo punto de computación fueron adoptando un modelo de cliente-servidor, guiadas por la necesidad de abrir oficinas remotas que, a pesar de seguir conectadas a los sistemas centrales, debían contar con cierta autonomía para llevar adelante el trabajo con cierta eficiencia. En este punto, el modelo de Microsoft, que llevó su originario Windows para el sobremesa al terreno del servidor, parecía comerle terreno al de compañías más tradicionales, como la propia IBM o Digital (más tarde comprada por Compaq). Sin embargo, cosas de la vida, la situación se ha vuelto a revertir en los últimos cuatro o cinco años. La consolidación de Internet y el crecimiento desmesurado de datos, información y usuarios que ha supuesto, unido a que hoy en día cualquiera, desde cualquier sitio y dispositivo demande un servicio 24×7, ha hecho que el viejo centro de datos vuelva a estar en medio de la escena tecnológica. Muchos creen que una Internet gestionada desde infinidad de puntos, en un modelo cliente-servidor, sería prácticamente inviable, muy caro y de una complejidad mayúscula. Este giro está muy relacionado con el despegue en los últimos tiempos de tecnologías como la virtualización, que ayudan a mejorar la eficiencia de estas infraestructuras y permite que puedan reaccionar antes a la demanda cambiante de los usuarios, y la popularización del concepto de cloud computing, que ha demostrado que la forma más rápida y efectiva de sacar partido a un proyecto es explotándolo desde Internet, eso sí, con las debidas garantías tecnológicas y de seguridad.

Microsoft también movió ficha
Por una mejor gestión

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Juan Cabrera
Juan Cabrera

Juan Cabrera tiene más de 20 años de especialización en el sector tecnológico y sobre todo en el canal de distribución. También ha colaborado con otros medios y promociona siempre que puede la buena literatura, la música y la vida saludable.

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